La corteza protege al árbol de las temperaturas frías o demasiado calurosas. Provee a los árboles de un soporte estructural esencial. Su espesor es variable; puede ser muy fina o tener hasta 30 cm de espesor. En conclusión, es como una coraza natural del árbol para protegerse de los peligros del exterior. Pero también se puede convertir en un refugio y asiento de vida. Hay muchos seres vivos que aprovechan la humedad que corre por el tronco o se condensa en él y que colonizan este medio.
Líquenes y musgos pugnan por conquistar un trozo de este ecosistema y de esta forma contribuyen a vestir esta corteza muerta con diferentes formas y colores.
Líquenes y musgos pugnan por conquistar un trozo de este ecosistema y de esta forma contribuyen a vestir esta corteza muerta con diferentes formas y colores.